Datan del primer milenio antes de cristo són construcciones megalíticas formadas por grandes bloques de piedra que servian de torres de vigía y defensa para los habitants de la isla.
El municipio de Sant Llorenç cuenta con más de 75 restos de estas construcciones y antiguas cuevas-vivienda declarados bien de interés cultural.
Han sido durante siglos los centros económicos de la isla cuando esta tenia en su producción agrícola como principal fuerza económica. Centraban la producción agrícola, la ocupación laboral y las relaciones sociales... Estas fincas tenian su centro en "ses cases" el edificio principal que albergaba estancias para los animales, para los trabajadores, graneros, almacenes, bodegas y las estancias para los propietarios -"senyors"-.
Destacan entre otras possessions las de: Son Vives, Son Sureda, Sa Punta, Calicant, Ténjer, Sa Real, Llucamar, Balàfia o Son Berga.
Posteriormente estas grandes fincas se fueron vendiendo en pequeñas parcelas donde se construyeron pequeñas casas de campo siguiendo el estilo tradicional del campo mallorquín. Así se ha dibujado el paisaje actual del interior de nuestro municipio.